Cerveza de amaranto,
una bebida artesanal nacida en Xochimilco
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A casi una década de haber empezado con la producción de cerveza artesanal a base de amaranto, en el pueblo de Tulyehualco, alcaldía Xochimilco, Víctor Manuel Jiménez Argumedo muestra con orgullo la planta procesadora con capacidad de 250 litros que le permitirá reducir el tiempo de fabricación de su bebida en más de un día y medio.
Explica que normalmente la elaboración de esta cerveza requería entre siete y ocho horas, más un día extra por el proceso de enfriado; ahora todo lo realiza en tres horas, además de que cuenta con una maquina embotelladora con la que podrá llenar cuatro garrafas de su producto por minuto.
Cinco integrantes de su familia forman parte de esta cooperativa con razón social Cerveza Artesanal Ara SC de RL de CV, quienes además de intervenir en la fabricación del brebaje a base de amaranto, con esa semilla elaboran galletas y botanas como churritos, las cuales combinan con zanahoria, betabel, espinaca, cúrcuma, quinoa, sal y limón.
Apenas en 2022 fueron beneficiarios del subprograma Fortalecimiento de Empresas Sociales que instauró la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo, por medio del cual recibieron un apoyo económico de 120 mil pesos con el fin de adquirir la planta y la pequeña embotelladora, un equipo de refrigeración y bombas de acero inoxidable, comenta Jiménez Argumedo.
Contar con estas herramientas de trabajo les ha permitido reactivar su pequeña empresa cooperativa tras la pandemia de covid-19. Explica que hasta antes de que se presentara la emergencia sanitaria producían alrededor de tres lotes de cerveza a la semana, que son aproximadamente 60 cajas, labor en la que intervenían entre 10 y 15 personas; una vez que las actividades disminuyeron, su fabricación se redujo a 30 cajas semanales hasta 2021.
Comercialización
Los principales puntos de venta desde hace muchos años fueron las oficinas de la Secretaría de Educación Pública ubicadas en Iztapalapa y las ferias organizadas por la dependencia en diferentes alcaldías.
Sin embargo, fue hasta 2022 cuando fueron invitados a la Feria de la Inversión, organizada por la Secretaría de Desarrollo Económico, donde por primera vez pudieron establecer contacto con algunos inversionistas.
A pesar de haber llegado a ese evento sin saber a qué nos presentamos, fuimos de las cooperativas que más vendimos
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Pero lo más importante es que vimos llegar a la gente a la que nunca esperábamos destinar nuestro producto: ¡los inversionistas de la rama cafetera!
Y es que de la cata nació el amor. En la feria “nosotros dábamos pruebitas de nuestras galletas y trufas de chocolate rellenas de ciruela pasa y nuez empanizadas con amaranto, ¡algo amoroso al paladar! Y como nuestro módulo estaba justo frente al café Punta del Cielo, que daba vasitos, pues sus visitantes se iban con nosotros a las pruebas de galletas, “¡una combinación demasiado buena!
Fue así que algunos inversionistas comenzaron a decirnos: yo quiero tu producto en mis cafeterías y los de la rama hotelera: yo quiero tu producto en mis hoteles.
Ulises agrega que está en trámite el etiquetado nutrimental y los sellos que comenzarán a colocar pronto en sus empacados.
Actualmente la familia Garcés-Hernández no cultiva la planta de amaranto, pero sí lo hacen sus parientes cercanos, a quienes compran una tonelada de esa semilla al mes para la elaboración de sus productos.
La mayor parte del pueblo de Tulyehualco se dedica al cultivo o a la transformación del amaranto en diversos artículos. Hoy las familias amaranteras pr
.oducen más y gracias a todos los estudios que se realizan, hay más productos que se pueden elaborar
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Este modesto jefe de familia
Durante ocho años fue jefe de tráfico foráneo en una compañía de productos de belleza, comenta que esta cooperativa es un proyecto de familia a la cual inculcó seguir la tradición de sus abuelos como productores de amaranto, una labor ancestral en el pueblo de Tulyehualco, pero al mismo tiempo que fuéramos transformadores, diferentes a todos los demás
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Es así que cuando su hijo Cristian Jiménez Díaz terminó la carrera de ingeniero bioctecnólogo, se encargó de diseñar una fórmula para hacer una cerveza con amaranto, y actualmente se encarga de los estudios de inocuidad y los detalles de su especialidad para mejorar la cerveza.
En este esfuerzo familiar también participa su papá Telésforo Jiménez López, de 84 años, quien se encarga de etiquetar el producto, su hijo Daniel busca clientes, al igual que su esposa: Finalmente todos hacemos de todo
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La cerveza Ara, llamada así en honor a su cónyuge Araceli, contiene gracias al amaranto seis por ciento de proteínas lo que es algo benéfico para la salud
. El precio de cada botella de esta peculiar bebida es de 30 pesos.
En cuanto a las complicaciones que enfrenta esta cooperativa familiar, una es la comercialización, de las cosas que nos pega mucho a los pequeños productores es la distribución, por ejemplo, un envió a Puebla puede demorar hasta ocho días; realmente no tenemos la facilidad de mandar los pedidos a cualquier parte de la República o donde sea, ya que es un servicio muy caro
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Fuente: jornada.com.mx


